Al hacerse cargo Víctor Chávarri en 1894 de las minas de hierro de Bédar, se proyectó la construcción de un ferrocarril para transportar el mineral hasta el puerto de Garrucha. Dicha línea comenzó a utilizarse en 1897.
En las inmediaciones de la población se construyó un gran depósito-tolva, dónde se reunían los dos ramales que transportaban el mineral desde las minas Santa Catalina y La Mulata.
Bajo la gran tolva de mampostería discurre un túnel dónde mediante piqueras se cargaba el mineral de hierro en los vagones, mientras que una segunda línea de vertederas, en el exterior del cargadero, permitía la carga de un segundo tren. Para este servicio de transporte se dispuso de tres locomotoras de vapor, bautizadas como Mojaquera, Bedarense y Garruchera.
En las proximidades de este cargadero se encuentra el Túnel del Servalico, de 200 metros de recorrido, en cuyo interior se encontraba una piquera de descarga de la tolva de la mina Alerta, y frente al depósito tolva, al otro lado de la carretera, las ruinas de la mina Unión de Tres Amigos, que da nombre a la estación de carga.
Las actividades mineras en la zona se paralizaron durante la I Guerra Mundial, retomándose en 1919 e interrumpiéndose de nuevo la actividad en 1923, fecha en la cual el ferrocarril dejó definitivamente de utilizarse.
A partir de 1952 las minas fueron trabajadas por la empresa Hierros de Garrucha hasta su cierre, en 1970.