Los primeros datos de la actividad salinera en este municipio cántabro se remontan al año 900; sin embargo, será a comienzos del siglo XX cuando con la llegada a la región de la empresa belga Solvay se produzca un gran incremento en la extracción. El pozo Tresano fue inicialmente explotado por esta, hasta el traslado de su producción a Polanco, pasando entonces a manos particulares.
En sus primeros años de actividad trabajaban en el pozo, de 86 metros de profundidad, unos 200 obreros, destinándose la producción a la exportación, y a partir de 1915 se comenzó a suministrar también sal a Solvay. Hacia 1949 se reformaron las instalaciones, se electrifico la mina, se construyeron nuevos depósitos de salmuera y se instaló el castillete, todo ello coincidiendo con la llegada a la empresa explotadora, Salinas del Norte, del industrial de Torrelavega Santiago Sañudo.
En 1955, su producción fue de más de 1600 toneladas, dedicándose la mayor parte al consumo nacional, comercializada bajo la marca Lot. El pozo fue cerrado en 1982, cuando solamente trabajaban en él 13 personas, al considerarse por los técnicos que la explotación era la responsable de los hundimientos que se producían en la localidad.
Actualmente, el castillete se encuentra caído sobre el brocal, el pozo anegado y las instalaciones inaccesibles a causa de la vegetación y los derrumbes. Únicamente la coqueta máquina de extracción parece haber resistido, a duras penas, el paso del tiempo y el abandono.