Esta antigua mina de oro, ya explotada en época romana, fue beneficiada a finales del siglo XIX y comienzos del XX por empresarios ingleses. En 1950 se hizo cargo de la misma la Sociedad Aurífera Asturiana, empresa fundada en 1947 con un capital social de 30 millones de pesetas. Los resultados obtenidos no fueron los esperados, y la compañía abandono los trabajos en 1956.
En 1974, la Real Compañía Asturiana de Minas realizó investigaciones en el yacimiento, en un intento de recuperar la explotación, pero el proyecto se abandonó un año más tarde. También la empresa Rio Narcea Gold Mines llevo a cabo estudios en la misma zona, sin éxito alguno.
En época reciente (2007) se intento rehabilitar la mina y hacerla visitable, pero hubo de abandonarse el proyecto dos años más tarde a causa de los problemas geotécnicos y geológicos surgidos en el interior de la mina durante las obras. Tampoco el pequeño museo que se pensaba abrir junto a la bocamina llegó a realizarse.