La mina fue denunciada en 1890 por José Rodríguez, quedando registrada en 1892 con el número de registro 702. En 1939 paso a ser propiedad de Asunción Sánchez, y posteriormente, en 1946, a Ángel Rodríguez y dos socios más. En 1949 se solicitó transmisión de dominio a nombre de Carbones de San Isidro y María, siendo aceptada la solicitud en 1956.
En los años 40, su producción estaba cifrada en 10.000 toneladas anuales. El mineral era conducido hasta el lavadero de Guardo, dónde la empresa tenía también sus oficinas.
En 1962 se agrandó el campo de explotación con la Ampliación a San Isidro (nº 2994), trabajándose en dos grupos de montaña: Valdelabárcena y Urz. Entre ambos sumaban más de 100 trabajadores. El 25 de enero de 1967 la empresa se transformó en Sociedad Limitada.
A comienzos de los años 80, las labores de interior se efectuaban mediante dos pisos: uno superior, llamado Los Corrales y otro, a un nivel inferior, llamado 2º B. Con el avance de los años, tanto producciones como número de trabajadores fueron descendiendo paulatinamente, siendo la plantilla en los años 90 de 40-50 obreros. En el año 2007 quedaban trabajando únicamente 17.
En esta última etapa, la mina perteneció a Fernando L. García Brugos, propietario de otras conocidas minas, como La Collada, La Camocha, mina Quintes de azabache de Olés, etc. Al fallecer este, en 2010, las propiedades pasaron a manos de su viuda, Marta Paz Garay Gutiérrez. En diciembre de 2013 se detuvo la actividad en la explotación, para cerrarse definitivamente el 4 de marzo de 2014, tras su embargo por impagos. Ya en 1985 había sufrido una anotación preventiva de embargo, recibiendo otra nueva notificación en 1999.
Mina San Isidro
La central térmica de Velilla, vista desde la mina (Fot. A.M. Fernández, 2014)
AccederCon el cierre de la mina San Isidro se pone fin a la historia de la minería de interior en la provincia de Palencia, sin que nadie haya hecho lo más mínimo para evitarlo.