El mineral de hierro de A Silvarosa, principalmente magnetita, comenzó a extraerse a finales del siglo XIX para abastecer a la industria siderúrgica de Sargadelos. La primera denuncia en esta zona la efectuó Ricardo de Llano Oleaga en 1889, aunque nunca llegó a trabajar en ella. En 1895, Otto Kreizner y su socio, J. Massenez se hicieron con la propiedad, arrendando las minas en 1897 a la compañía The Vivero Iron Ore Co.Ltd., que ellos mismos habían constituido, y que emprendería las labores en Silvarosa junto a las de Choupín, siendo inaugurados oficialmente los trabajos en 1899. La primera carga de mineral en un buque se produjo el 20 de diciembre de aquel mismo año. El grupo minero de Silvarosa estuvo compuesto, entre otras, por las concesiones Rafaela, Benigna, Jacinta, Trinidad, Maria Juana, San Juan, Galicia 2ª y 3ª, etc.
Minas de A Silvarosa
Estación de ángulo, cobertizo de clasificación y depósito de la Galeria Ventilación (Fot. Hierros de Galicia, T.III, Fasc. 1º, IGME, 1935)
AccederLas primitivas labores a cielo abierto pronto dieron paso a trabajos de interior mediante diversas galerías (Federico, Ventilación, 7, 7ª A, 4, etc.), llegando a trabajar en ellas más de 400 personas. El poblado minero se inauguró en 1906.
El mineral se enviaba hasta el cargadero de La Insua mediante un cable sistema Bleichert de 5500 m, donde era almacenado en unas grandes tolvas, de 20.000 toneladas de capacidad, para posteriormente ser llevado, mediante un cantiléver de 110 metros de largo hasta las bodegas de los buques que lo llevaría a Inglaterra o Alemania. Todos los trabajos quedaron detenidos al estallar la I Guerra Mundial, hasta que en 1919 se hizo cargo de las minas Horacio Echevarrieta, reanudándose entonces las labores de extracción y transporte, que se detendrían nuevamente en 1932, en esta ocasión por motivos políticos, pasando las minas a ser propiedad de J. Campbell.
Minas de A Silvarosa
Concesiones y labores (Fot. Hierros de Galicia, T.III, Fasc. 1º, IGME, 1935)
AccederTras la Guerra Civil, ya en 1951, se hizo cargo de las minas el INI, quien las exploto a través de su filial ENSIDESA, mediante realces en el interior y bancos en las labores a cielo abierto. El mineral era trasladado mediante buques hasta la factoría de Avilés, pero las impurezas de este obligarían al cierre de minas e instalaciones en 1966.