Tras la cesión por parte de la Sociedad de Crédito Mobiliario Español a la Compañía de los Ferrocarriles del Norte de España de las minas de carbón de Barruelo, se inició una época de gran impulso de la minería local bajo la dirección del ingeniero Félix Parent. El lavadero diseñado por Max Èvrard se levantó entre 1877 y 1879, en sustitución del viejo lavadero del sistema Bérard.
Ubicado muy próximo a la mina El Porvenir (La Barcenilla), contaba con tres plantas. En la planta baja se situaba la máquina de vapor, de 7 caballos, dos calderas de presión y un trómel. En la segunda se encontraba emplazada la gran caja de lavado, y en la tercera planta otro trómel de palastro y una tolva. El lavadero tenía una capacidad de producción de 400 toneladas diarias de hulla lavada, frente a las 65 que producía el antiguo, que estuvo en funcionamiento hasta 1878.
Más tarde se instalaría otro nuevo, del sistema Beer (1908), que reemplazó al Bèrard, y ya en 1967, el nuevo lavadero levantado por la Hullera Vasco Leonesa sustituiría a todos ellos, quedando el edificio del Èvrard como almacén de diversos servicios y talleres de las minas.