El pozo Bárbara, el primero vertical que se perforó en Barruelo, venía utilizándose desde 1873 en labores de reconocimiento del yacimiento, empleándose para el desagüe un pequeño castillete de madera y cajas de dos válvulas. En 1883, la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, propietaria del mismo, lo reformó y amplió, habilitándolo para la extracción del carbón. Para ello, adquirió en Bélgica un castillete metálico de 28 metros de altura equipado con poleas de 1,60 m de diámetro. El peso total de la estructura era de 44.683 kg. El coste total, una vez montado, fue de 32.632 pesetas.
El pozo, de sección cuadrada de 3,20 m de lado, llegó a alcanzar los 90 m de profundidad, de los que 20 pertenecían a la caldera que recogía las aguas; para desaguarlas se instaló una bomba alemana de 60 caballos. Como máquina de extracción se mantendría la ya existente, de 25 CV.
El castillete dispuso de dos niveles: El del brocal se empleaba para la salida de carbones destinado a las cribas, mientras que el superior se empleaba para la salida de escombros. A 15 metros de la caña del pozo se encontraba el pozo de escalas para la entrada y salida del personal.
Las continuas filtraciones de agua del cercano río Rubagón, entre otras causas, obligaron en 1887 al cierre del pozo.
Junto a una imagen de 1900, presentamos hoy algunas fotografías actuales de la plaza dónde estuvo ubicado.