Minas del Peñoncillo: El Cable, Marbella, Málaga

jueves, 14 de enero de 2016

Minas del Peñoncillo: El Cable

Estación marítima de descarga. 2009 (Fot. Consorcio Fotográfico)

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Tras muchos años paradas, las minas del Peñoncillo volvieron a reactivarse en 1950, al hacerse cargo de las mismas la empresa FERARCO S.A., propiedad de los navieros vizcaínos Aznar. Los minerales acumulados por los ingleses en sus escombreras comenzaron a llevarse hasta la costa mediante camiones, para allí ser descargados con capazos y cargados en pequeñas embarcaciones que lo llevarían hasta los mercantes anclados en la ensenada. Las minas que formaban el grupo eran Concepción, Encarnación, Teresa, Pilar, Pilar 1ª,2ª y 3ª fracción, Pilar y Asunción, etc.

Minas del Peñoncillo: El Cable

Castillete, poco antes de su caída (Arch. J.M. Sanchis)

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A finales de 1955, la empresa Dragados y Construcciones comenzó los trabajos de construcción e instalación de dos tranvías aéreos distintos: uno, monocable, de unos 3000 m de longitud que llevaría el mineral desde las minas hasta el depósito general costero, y otro, bicable, desde aquí hasta la estación marítima de carga. Cuatro castilletes, de una altura de entre 21 y 24 metros sustentaban los cables en este último tramo. La longitud total del tranvía bicable, sistema Ropeways and Cº Ltd. , desde la estación de carga costera a la de descarga en el mar era de 591,50 metros.

Minas del Peñoncillo: El Cable

El cargadero, en plena actividad. Años 70 (Arch. J.M. Sanchis)

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En la estación final de descarga, en plena mar, se construyó un basamento de piedra y hormigón de 20 m de altura, sobre la que montaron las poleas de retorno y los elementos de vaciado de baldes sobre una tolva, además de la cinta transportadora que llevaría el mineral hasta las bodegas. La obra quedó terminada en agosto de 1957, efectuándose el primer embarque en octubre.

FERARCO paralizó su actividad en 1970, desmontándose todas las instalaciones. Quedó en pie un solo castillete, que el tiempo y la desidia acabaron por derribar. La versión oficial lo achacó a un “terremoto”, quedando actualmente en pie la gran base terminal, que el mar se encargará de devorar.