El 16 de noviembre de 1839, Vicente Jiménez Granados denuncio esta mina, enclavada en el Barranco Jaroso, otorgándosele el nº 110. Más tarde pasó a ser propiedad de un vecino de Granada llamado Francisco García Castillo. Ocupaba una extensión de 1,3974 Ha, y colindaba con las minas Hermosa, Virgen del Carmen, Esperanza, Observación y Rescatada.
Dispuso para la extracción de una máquina de 8 cv construida por J. Mª Rubio, siendo su producción media de 18000 quintales métricos y trabajando en ella un total de 52 obreros.
En 1901 la mina fue tomada a partido por la vizcaína Sociedad Argentífera de Almagrera, iniciando las labores en Rafaela, Observación, Rescatada y San Vicente para obtener plomo y carbonatos de hierro.