La vida de este empresario francés está íntimamente ligada a la historia de Asturias. En 1844 se creó en Londres la Asturias Mining Cº, quien levantó en Mieres una fundición de hierro. La empresa fue disuelta en 1849, siendo entonces adquirida junto a sus minas de hierro y carbón por León Lillo, testaferro del Duque de Riansares. Más tarde se incorporaría a la sociedad Juan Grimaldi, Cónsul de Francia. En 1852 pasó a pertenecer a la Compagnie Minière et Mètallurgique de Asturies, y en 1861 a la Société Houillére et Métallurgique des Asturies, cuyo principal accionista era Numa Guilhou.
En 1870 se fundó la Sociedad Numa Guilhou, pasando en 1879 a denominarse Fábrica de Mieres, S.A., que con el paso del tiempo llegó a convertirse en uno de los centros industriales más importantes de Asturias. En 1967, todas sus minas pasaron a pertenecer a HUNOSA, y las instalaciones siderúrgicas a UNINSA, luego ENSIDESA. La factoría se derribo en los años 70, y la empresa fue liquidada en 2010.
Numa Guilhou murió el 22 de octubre de 1890 en El Padrún, y fue enterrado junto a su padre, fallecido en 1875, en el pequeño y hasta hace poco abandonado cementerio evangélico de La Rebollá (Mieres), que ha sido recientemente restaurado por la asociación Santa Bárbara.