El pozo se encuentra enclavado en pleno valle de la Güeria de Carrocera, y tuvo su origen en una explotación de montaña homónima llamada Ventura, que fue denunciada en 1864 por Agustín Menéndez. El pozo vertical se comenzó a profundizar por la compañía propietaria del mismo, la S.M. Duro Felguera, en enero de 1954, finalizándose dos años más tarde.
El castillete, de 25 m de altura al eje de sus poleas, se encuentra situado sobre un pozo de 232 m de profundidad, 5 m de diámetro y cuatro plantas. Agrupadas en un gran edificio, se encontraban las diversas dependencias de la explotación: casa de aseos, sala de máquinas, oficinas, etc.
El pozo fue, en su momento, uno de los más perfectos a nivel tecnológico, diseñado para racionalizar al máximo el espacio y los movimientos de los mineros en el mismo, cuidando hasta el más mínimo detalle para alcanzar una total rentabilidad y eficacia.
Tras su cierre, acaecido el 15 de julio de 1990, un año después de sufrir un gran incendio en su interior que afectó a sus capas y determinó el fin de la actividad, se instaló en 2005, ocupando su edificio, una prometedora empresa dedicada a la cartografía digital, Venturo XXI, que acabó siendo uno de los mayores fracasos (léase fraudes) de la moderna historia empresarial asturiana, al cerrarse cinco años más tarde, por quiebra, pese a haber recibido en esos cinco años más de 5 millones de euros en ayudas.