Mediante un pozo de 80 m y una galería de no más de 20 m, la mina del Gejo benefició, durante las primeras décadas del siglo XX, un buen conjunto de geodas de cuarzo ahumado con fines fundamentalmente ornamentales.
Las labores se localizan sobre un filón de cuarzo inyectado por procesos hidrotermales en una fractura NE-SW, desarrollada sobre los granitoides carboníferos de la zona.
El acceso a las labores se realiza desde un camino que, partiendo desde la iglesia de San Antonio, discurre hacia el W-NW hasta el paraje conocido como Teso de la Mina, a poco más de 1300 m de la citada iglesia. Junto a las labores se ha habilitado un pequeño parque recreativo con paneles explicativos.
En la actualidad, con el pozo inundado, solo queda la torreta. Railes y vagonetas yacen en el fondo del pozo. Las fotografías que hoy presentamos han sido realizadas por nuestro amigo y colaborador de MTI Tomás Martínez.