La profundización del pequeño pozo de La Piquera en 1914 supuso la continuación del laboreo que se había iniciado años antes (último tercio del siglo XIX) de que Nespral adquiriese estas concesiones. Se beneficiaban entonces las capas de hulla localizadas en las zonas altas de los valles mediante diversos niveles de montaña.
Minas de La Piquera
Estalactitas de neo-formación en techo de galería (Fot. J.M. Sanchis, 2014)
AccederA través de este pozo se explotaron las capas que se hallaban por debajo del nivel del río Nalón. En un principio tuvo 100 m de profundidad, a los que más tarde (1924) se añadieron otros 46 metros. Por aquella época trabajaban en la mina unos 250 obreros, alcanzándose una producción de más de cuarenta mil toneladas de carbón anuales.
La explotación perteneció, en un principio, a Nespral y Compañía, aunque más tarde fue adquirida por la Sociedad Metalúrgica Duro Felguera, propietaria del vecino pozo Sotón, con el que la mina de La Piquera llegó a competir.
La casa de máquinas era el núcleo central de la explotación, separando el pozo de extracción de los cargaderos al ferrocarril y quedando ambos espacios comunicados por una galería subterránea bajo el edificio, galería que aún se conserva.