Ante la creciente demanda de una mayor calidad en los minerales de hierro, se proyectó en 1976 la instalación de una batería de cinco hornos de cuba para la calcinación de carbonatos, pensada para poder alcanzar una producción total de 500 toneladas diarias, pero únicamente se llegó a levantar uno, del que aún se mantienen en pie diversos elementos.
El horno se encuentra muy próximo a las instalaciones del Grupo Parada (Piso 2º). El mineral ascendía hasta la boca de carga del horno mediante una gran cinta transportadora de gran pendiente, mientras que otra cinta en la base del horno descargaba los materiales ya calcinados y los residuales de la fundición. El mineral ya tratado era llevado hasta la estación de carga de los baldes del cable aéreo, para desde allí ser transportado hasta el cargadero del ferrocarril de San Miguel de las Dueñas.
En estos últimos años, las instalaciones han sufrido diversos actos vandálicos y expolios, con destrucción de importantes elementos del horno. A pesar de los constantes requerimientos de los vecinos de Onamio ante la administración para su protección, nada se ha hecho hasta el momento y los chatarreros siguen desguazando lo poco que ya queda.