Ampliamos el fondo gráfico de Minas de Herrerías con algunas imágenes del pozo San Carlos, cuyo castillete se conserva junto al del pozo Guadiana en esta conocida mina onubense. Aunque no parecen existir datos concretos acerca de su instalación, todo parece indicar que se efectuó en los primeros años de la década de los 50.
El grupo minero de Herrerías contaba a finales del siglo XIX con 17 concesiones, trabajando en sus minas unos 250 obreros. En 1893 se produjo el arrendamiento de las minas por parte de los hijos de Wilhelm Sundheim*, Carlos y Justa, a la compañía The Bede Metal, pero en 1905, la familia recuperó el control tanto de las minas como del ferrocarril del Guadiana, ampliándose entonces el primitivo trayecto desde el Puerto de La Laja - Cabezas del Pasto hasta las Minas de Herrerías.
En 1912, las minas se arrendaron a la S. A. de Saint Gobain, grupo francés que en 1922 creó la filial Sociedad Minera del Guadiana, manteniendo la explotación bajo mínimos, sin renovar el material ni potenciar las exportaciones, lo que llevo a sus dueños a recuperar el control de la mina en 1951. En esta fecha, los herederos de Carlos y Justa Sundheim, con el apoyo financiero de los bancos Urquijo, Vizcaya y otros, fundaron la compañía S.A. Minas de Herrerías, ocupando el puesto de Presidente del Consejo de Administración Carlos Sundheim Díaz-Trechuelo, en honor de quien sería bautizado el nuevo pozo, que en 1961 contaba con 7 niveles, siendo el 200 el más profundo de ellos. Junto al castillete se levantaron las plantas de trituración, almacenamiento de mineral y cargaderos.
Pozo San Carlos
Pozo San Carlos visto desde el poblado de Las Herrerías (Fot. J.M. Sanchis, 2017)
AccederSan Carlos, además de dar salida al aire que penetraba por el vecino pozo Guadiana, se utilizaba para extraer los minerales con más del 1,1% de Cu mediante vagonetas hasta el enganche del socavón desde dónde era trasportado mediante una locomotora Ruston hasta un depósito subterráneo. Minas de Herrerías cerraría las explotaciones en 1988.
* Wilhelm Sundheim-Giese (Giessen, 1840 - Huelva, 1903) llegó a Huelva procedente de su patria, Alemania, hacia 1865, reclamado por Jorge Riecken, otro hombre de negocios germano que más tarde se convertiría en su cuñado. En compañía de su socio Heinrich Doetsch crearon una de las compañías financieras y mercantiles más potentes de la época, cuya intervención fue decisiva en el desarrollo e industrialización de la provincia onubense.
Muchos son los hechos culturales y sociales protagonizados por Sundheim: Fue uno de los organizadores de los actos que se celebraron en la ciudad de Huelva para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento de América, promoviendo además con tal motivo la construcción del Hotel Colón y fomentando el conocimiento con fines turísticos de algunos lugares como el Monasterio de La Rábida o las playas de Punta Umbría. Colaboró activamente en la fundación de entidades culturales como la Real Sociedad Colombina Onubense, en 1880, el Huelva Recreation Club, en 1889 o la Sociedad Onubense de Amigos del País.
Entre sus mayores éxitos profesionales figura el importante papel desempeñado en la creación de la empresa Rio Tinto Company Limited, actuando también como representante de esta en España y Portugal. Participó igualmente en diversas líneas férreas: Zafra-Huelva, Sevilla-Huelva, ferrocarril de Río Tinto, etc. En 1875 adquirió los derechos de construcción de la línea a Sevilla, que los vendió a la poderosa compañía ferroviaria MZA, y un año más tarde adquirió la concesión de la línea de Zafra, a nombre de la sociedad Sundheim-Doetsch.
Fue durante varios años Cónsul de Alemania en Huelva; en 1879 fue nombrado hijo adoptivo de Huelva, falleciendo en su palacete de la avenida que lleva su nombre en el año 1903. Estuvo casado con la onubense Justa de la Cueva y Camporredondo, con la que tuvo cuatro hijos.