Mina La Zarza: Canaleo

miércoles, 14 de febrero de 2018

Mina La Zarza: Canaleo

Vista general (Fot. J.M. Sanchis, 2017)

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Se conoce con este nombre el conjunto de instalaciones empleadas para la obtención de cáscara de cobre por lixiviación. La construcción de estos sistemas parece tener su origen en 1891, como resultado de las protestas y manifestaciones vecinales en contra de las calcinaciones (teleras) al aire libre y los problemas medio-ambientales que estas ocasionaban*.

Mina La Zarza: Canaleo

Dique de contención (Fot. J.M. Sanchis, 2017)

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El sistema consistía en una serie de canales de madera y mampostería en zig-zag con una suave pendiente, por donde transcurrían las aguas saturadas de mineral procedentes de la mina. Las medidas de cada canal eran de 50 metros de longitud y 50 centímetros de ancho.

Mina La Zarza: Canaleo

Canales con fondo de madera (Fot. J.M. Sanchis, 2017)

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El agua procedente de la mina se conducía hasta un dique en cuyo interior había una gran cantidad de mineral para proporcionarle mayor concentración de cobre. Previamente, antes de llegar el agua al dique había unos hornos donde se calcinaba el mineral para que sus humos se mezclaran con el agua al enfriarse. En un gran depósito o pilón de madera existente a la salida del dique se mezclaba el agua que llegaba de la mina con los montones de mineral, para a continuación ser distribuida por cuatro canales de cabecera, siguiendo su curso luego por el resto de canales, recorriendo un total de 800 metros hasta llegar a los 8 pilones últimos.

Mina La Zarza: Canaleo

Canales en fase de restauración (Fot. J.M. Sanchis, 2017)

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Mina La Zarza: Canaleo

Minerales de neo-formación en los canales (Fot. J.M. Sanchis, 2017)

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La cascarilla de cobre era recuperada al final del recorrido, una vez cerrado el paso de agua mediante compuertas de madera. Cuando se había secado, era recogida con palas y cargada en cajas de madera, para llevarlas hasta el horno, y, posteriormente, a una explanada donde el producto final se limpiaba de residuos, se seleccionaba y se cargaba en sacos que eran enviados directamente hasta los almacenes de los compradores.

* Las calcinaciones al aire libre fueron prohibidas tras los sangrientos sucesos de Riotinto en febrero de 1888 (conocidos como “el año de los tiros”). No obstante, la última telera se apagaría en 1907.