Maestro, amigo, compañero

lunes, 11 de junio de 2018

El pasado viernes día 8, un nutrido grupo de amigos nos reunimos en torno a la familia de Antonio Arribas para rendir un más que merecido homenaje al maestro que nos dejó el pasado mes de marzo. El lugar elegido para celebrar este acto no pudo ser mejor: el Claustro de la Escuela de Ingenieros de Minas de Madrid, de donde fue Profesor ad Honorem en el Departamento de Ingeniería Geológica.


Número de fotografías: 19 (Clic en las fotos para ver secuencia)

Datos biográficos, detalles, recuerdos, anécdotas, historias vividas junto a él…, pero ante todo, palabras nacidas desde el corazón. Desde el cariño. Mucho cariño hacia el profesor, el maestro, el amigo que nos acompañó, nos enseñó, y que compartió con muchos de nosotros momentos inolvidables y felices.

Antonio fue, además de todo eso, el ejemplo a seguir, el espejo donde mirarse. Supo transmitirnos, con la humildad que solo poseen los grandes hombres, su energía, su pasión por lo que hacía, su inmenso amor hacia la ciencia que fue su vida entera: la Geología.

No queremos imaginarlo desaparecido. Preferimos pensar que andará por algún lugar remoto, con su cuadernillo de tapas negras en las manos, tomando apuntes y notas. Seguramente, algo habrá despertado su curiosidad, y sus ojos vivaces y luminosos se habrán posado en algún pequeño detalle del que hasta entonces nadie se había percatado, o habrá quizás descubierto en la oscuridad algún diminuto punto brillante, muy brillante, de color verde intenso, fascinante y tan potente que habrá hecho saltar con intensidad el Geiger de su corazón.

Antonio, maestro: nos has dejado un poco más huérfanos de lo que antes ya éramos, pero no te preocupes. Pese a la nostalgia que nos provoca tu ausencia, nos quedamos tranquilos sabiendo que estás en la oscura mina eterna, haciendo lo que siempre hiciste: trabajar.

Texto: J.M. Sanchis