Esta mina, enclavada en el barranco Pinalbo de Sierra Almagrera fue denunciada con el nombre de Santa Elena hacia 1839. Recibió el número 100 de registro. La explotación se abandonó al poco tiempo quedando por ello franca y registrable. En febrero de 1850, un vecino de Almería llamado Esteban Beltrán, denunció en nombre de José Lupión como abandonada la mina, solicitando entonces que se le pusiera por nombre Ampliación a la Justa Venganza. La mina colindaba con San Miguel, Criadero, Valentina y San Antonio.
El 22 de septiembre de 1851 se aceptó su solicitud, y tras el informe favorable del ingeniero que hizo el reconocimiento previo, quedó admitido su registro el 12 de marzo de 1852, reconociéndose que la citada mina podía formar una pertenencia de 60.000 varas sobre las llamadas Santa Elena, Carmen, Fortuna y Santa Inés. La propiedad de esta gran pertenencia pasó en 1859 a manos de la sociedad La Constancia.
Un largo pleito mantenido hasta 1862 con el propietario de las vecinas concesiones Nuestra Señora del Carmen y Soledad, y la Ampliación a la misma impidió a la Sociedad La Constancia, propietaria de Ampliación a la Justa Venganza, llevar adelante la explotación de la mina, desconociéndose el resultado final de dicho conflicto.
Si sabemos, en cambio, que en 1884, la mina, junto a otras cercanas (Valentina, San Miguel, San Antonio, El Criadero, Paris, Nuestra Señora del Carmen y Soledad, Santa María de la Cabeza, etc.) fue adquirida por la potente Compañía de Águilas.