La primera concesión otorgada para su beneficio fue Carmen del Brasil en 1846, que se abandonaría pocos años después. Es a partir de 1852, bajo la concesión Amistad, cuando este yacimiento es explotado con intensidad, prolongándose su laboreo hasta la primera década del siglo XX. Tras su abandono queda inundado el enorme socavón de 72 metros de profundidad. Las últimas labores en el yacimiento fueron realizadas por la empresa Cuarzo Radioeléctrico Español, bajo la concesión denominada Margarita, que cesó definitivamente su actividad en este yacimiento a finales de los años sesenta del pasado siglo.