Los primeros trabajos en la mina de cobre y níquel de Aguablanca se iniciaron por parte de la empresa Río Narcea Recursos en el año 2003, obteniéndose el primer concentrado en enero de 2005. La extracción del mineral se efectuó mediante una gran corta a cielo abierto, pasando posteriormente a minería de interior. El yacimiento está formado por una mineralización de sulfuros magmáticos encajados por unidades de gabros y gabronoritas.
El 28 de enero de 2016, su propietaria, la multinacional Lundin Mining anunció que el cierre de la mina se produciría en junio de aquel año. La suspensión temporal de las labores de interior y la bajada del precio del níquel y el cobre fueron factores determinantes para su clausura.
En noviembre de 2016, Valoriza Minería (Grupo Sacyr) adquirió los activos en España de la compañía canadiense (Río Narcea Recursos, Río Narcea Nickel, y más de 20 permisos de investigación en la zona de Ossa-Morena, incluyendo el ya muy desarrollado Proyecto Alconchel), con la intención de reemprender los trabajos. A fecha de hoy, y pese a contar con una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable, la actividad no se ha reanudado, ya que su condicionado no lo permite, al menos a corto plazo. En agosto de 2021 finalizará la vigencia de dicha Declaración.
En el yacimiento predomina la pirrotina, pentlandita, calcopirita, pirita y, en menor medida, marcasita y covellina. La magnetita se presenta de forma continua y, en menor cantidad, oro y minerales del grupo de los platinoides.