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La mina Santo Tomás (nº 955) se encuentra a los pies de Los Perules, en la cara más occidental de este cerro, colindante con Talía, Pelayo, Ampliación a Grupo, Aurora y San Antonio. A finales del siglo XIX su titular era la Sociedad Minera Valarino, constituida en Madrid el 4 de julio de 1896 y propiedad del industrial cartagenero Tomás Valarino, quien poseía también algunas minas en Sierra Almagrera, como las de Boletín o Paquita. En el catastro de 1909 ya figuraban como dueños la sociedad Herederos de Valarino. A finales de los años 20 se explotó formando grupo con Pelayo y San Antonio, todas ellas por un mismo arrendatario.
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Dispuso de dos pozos: uno antiguo, sin nombre, y otro más moderno conocido como pozo nº 1 o pozo San Simón. Estuvo dotado de una máquina de vapor de15 caballos, con jaulas guiadas por cables, llegando a alcanzar los 325 m de profundidad. Cercano al pozo hubo un modesto lavadero, equipado con cuatro molinos y cuatro cribas de cajón, tres rumbos y dos mesas de arroyo.
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Se conserva su castillete, de mampostería y ladrillo, y una gran tolva rectangular con sus tres vertederas de descarga. Mantiene el guionaje por cables, anclados en los soportes de las poleas, ya desaparecidas, a las que se llegaba mediante una escalera tallada en uno de los muros del castillete. La caña del pozo se encuentra emboquillada con ladrillo, y en su embarque aún se conservaban en 2008 las palancas de frenado de las jaulas y una tarima de madera que rodeaba al brocal.