La mina (Nº 685) perteneció a la Sociedad La Tutelar, quien la estuvo explotando con intensidad entre 1887 y 1890, centrando las labores principalmente en beneficiar los minerales del filón San José, cuya potencia superaba, en ocasiones, al famoso filón Prodigio. Colindaba con las minas San Carlos, Triunfo, Esperanza y Usurpada. San José ya había sido trabajada por los romanos, alcanzando su pozo los 150 m de profundidad, que en época más moderna llegaría hasta los 350 m. En 1927 la mina se daba ya por explotada.
Fue tomada en arrendamiento por la misma compañía que trabajaba la mina Triunfo, la Compañía de Águilas, para evitar con ello las continuas intrusiones procedentes de la mina San José, y utilizando por tal motivo las mismas plantas, por lo que se prescindió del pozo Centinela para centrar la extracción a través del pozo San Cristóbal de la mina Triunfo. El resto de instalaciones fueron igualmente abandonadas.
Dispuso de 12 pisos o niveles, estando el primero a 136 m de profundidad y a 349 m el último. A estos últimos niveles se llegaba mediante contrapozos, la mayor parte de ellos hundidos ya en los años 20, por lo que el acceso a estas plantas se efectuaba a través de la mina Triunfo. De su único pozo, el llamado Centinela, con una sección rectangular de 2,50 x 1,30 m apenas quedan algunas ruinas.