Esta mina (nº 1819) fue la más importante del grupo de Pedreras Viejas, con amplias labores y numerosas instalaciones exteriores. La concesión limitaba con las de La Mazarronera, Semirámides y Cleopatra, Purísima Concepción, San Miguel, San Francisco y Tal Vez. Los trabajos en ella los efectuó la compañía Escombreras - Bleyberg entre 1877 y 1885. En la primera década del siglo XX, todas las propiedades de esta empresa pasaron a manos de la S.M.M. de Peñarroya, quien abandonaría los trabajos en Santa Isabel a comienzos de los años 30.
Mina Santa Isabel
Cabria del pozo (Fot. J.M. Sanchis, 2008)
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Dispuso de dos pozos, llamados San Emilio y Santa Isabel, con máquinas de vapor de 120 y 50 caballos y profundidades de 290 y 327 m respectivamente. Se abrieron plantas a 40, 60, 90, 113, 160, 186, 220, 280 y 320, si bien las tres últimas ya se encontraban inundadas en 1927. En sus labores se benefició, principalmente, el filón nº 1, que fue totalmente explotado.
Se conserva una pequeña cabria metálica en el pozo Santa Isabel, aunque posiblemente no se trate de la primitiva original, mientras que el castillete de mampostería del pozo San Emilio es prácticamente irreconocible.
Mina Santa Isabel
Vista general. Al fondo, Cerro de San Cristóbal y Los Perules (Fot. J.M. Sanchis, 2008)
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En sus proximidades existió un lavadero, cuyo accionamiento se lograba mediante un motor pobre de 65 caballos, y que dispuso de una quebrantadora, cinco molinos, tres vibro-clasificadores, tres cribas mecánicas, cuatro manuales, tres mesas tipo Wiffley, tres rumbos y una bomba de achique de aguas movida por una máquina de vapor de 10 caballos. Dispuso igualmente de una instalación de aire comprimido que daba servicio a los martillos perforadores.
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