Mina de cuarzo en su variedad cristal de roca, que fue explotada desde el siglo XVIII para la industria de la óptica y para aparatos de precisión y científicos. Parece ser que su pequeño tamaño, una pegmatita de 9 x 20 x 2,5 m, fuera la causa de que ya en el siglo XIX no encontremos indicios de actividad en el lugar. Se extrajeron buenos cristales de cuarzo transparente y ahumado.
En el tomo I de Los Minerales de España (1910), del ilustre Salvador Calderón, encontramos referencia a la cueva de Cristal. En la página 257 Calderón dice:
“La Escuela de Minas de Madrid posee cristales gigantescos, procedentes de la Cueva de Cristal, en La Cabrera de Buitrago, que es una gran oquedad revestida de cristales apuntados, situada en un risco de granito y en una masa de la misma substancia cuarzosa, de color agrisado, en una longitud de 20 m. por 9 de anchura. Según tenemos entendido, aquellos enormes cristales ya no existen allí por haber sido destruidos, y la entrada se encuentra obstruida por escombros".