El pozo es también conocido como Nicolasa, nombre de la aldea mierense dónde se ubica y de la antigua mina de montaña explotada entre 1855 y 1859 por la Cie. Minière et Metallurgique des Asturies. Entre 1952 a 1956, la empresa Fábrica de Mieres profundizó el pozo vertical, que en 1967 se integró en Hunosa.
La mina la conforman tres pozos: el principal, o nº 1, de 600 m de profundidad, incluida la caldera de 10 m para la recogida de aguas. Cuenta con siete plantas y dos más intermedias comunicadas por planos, y otra, llamada 4ª bis, entre 4ª y 5ª. Sobre su caña de 6 m de diámetro se sitúa el castillete, de acero roblonado y soldaduras, de 30,11 m de altura total, incluida la visera del puente grúa. Está dedicado a la entrada de personal y materiales, y equipado con una máquina de extracción de tambores desembragables de la firma GHH con motor Siemens.
El segundo pozo no dispone de castillete, y se utiliza para elevar el carbón mediante skip. Su brocal es de 4,50 m de diámetro, y está equipado con una máquina con polea Koepe también de la casa alemana GHH. Desde una sub-planta, el carbón se envía por cinta subterránea hasta el lavadero de El Batán. El tercer castillete, o auxiliar, es una pequeña estructura destinada a servir como salida de emergencia para el personal.
El pozo San Nicolás, único pozo de carbón activo de Asturias, es tristemente recordado por el accidente ocurrido el 31 de agosto de 1995, en el que 14 mineros fallecieron a causa de una explosión de grisú.