El que en su día fuera catalogado como el mayor lavadero de carbón de la provincia de León y uno de los más grandes de España, ha comenzado a ser desmantelado para convertirlo en chatarra. La Administración Concursal ha valorado las instalaciones del lavadero en 6.120.428 euros.
En 1976, la Hullera Vasco-Leonesa firmó un contrato con la compañía Humboldt Wedag Española para la instalación y montaje de un gran lavadero en La Robla donde poder procesar todo el carbón procedente de los yacimientos de la zona. La obra civil corrió a cargo de AUXINI, una empresa filial del INI que años más tarde sería privatizada, convertida en ACS. El lavadero entró en servicio en agosto de 1979, sustituyendo a los que existían en Santa Lucía y Matallana.
En 1980 comenzó a transportarse toda la producción bruta de la Sociedad, hasta el nuevo lavadero a través del socavón general Santa Lucía-La Robla, cuya construcción se había iniciado en 1972 por la empresa Entrecanales y Távora. Los carbones llegaban hasta el lavadero mediante cintas transportadoras, desapareciendo así el transporte por carretera. En 1982, la producción comercial de la HVL superaría el millón de toneladas; los carbones eran clasificados en tres tipos: granos (mayores de 12 mm), menudos (entre 12 y 0,5 mm) y finos (menores de 0,5 mm).
La central térmica de La Robla, construida en 1971, se convertiría a comienzos del siglo XXI en el principal cliente de la HVL, consumiendo los carbones procedentes de la Nueva Mina, cuyas reservas estaban estimadas hasta 2025, pero las políticas dirigidas hacia la reducción de la dependencia del carbón como fuente de energía terminarían por provocar la disolución de la empresa, tras declararse en concurso de acreedores. En enero de 2016, la HVL presentó ante el Juzgado de 1ª Instancia nº 8 la solicitud de apertura de la fase de liquidación de la compañía, poniendo fin de este modo a más de 120 años de actividad minera en la comarca.