Al llegar a Morille la pasada semana, nos vimos obligados a dejar las armas en la misma entrada, como atestiguan las dos foto sobre estas líneas. Ello no supuso ningún problema para recorrer y fotografiar algunas de las innumerables labores mineras de su entorno, que iniciaron el beneficio del wolframio en los años 30 del pasado siglo XX y se prolongaron, algunas de ellas, hasta los años 80. Aunque más bajo de nivel que en anteriores ocasiones, así lucía el charco instalado frente a las dos bocaminas de la mina Asunción (integrante del Grupo Claudina), dificultando un tanto la visita a sus labores de interior.